martes, 5 de febrero de 2013

Aprisiona muy fuerte mi recuerdo...



Aprisiona muy fuerte mi recuerdo,
mientras la tarde avanza.
Sujetalo bien, antes que sea neblina...
un mal sueño... una pena.
Guarda para ti mi nombre,
que nadie mas lo sepa...
Ahora cava una fosa en el olvido,
Depositalo ahi y ponle una lapida.
De vez en cuando visitalo...
y llevale una flor, tal vez un poema...
derrama por el, una lagrima.
Cuando te sientas solo y perdido...
Cuando mas nadie sepa entenderte,
cuando nadie tenga tiempo de escucharte.
Cierra los ojos y estare a tu lado...
Para darte fuerza, para ayudar a levantarte...
Cuanto te amo y te amare...
La eternidad es tan basta...
Que aunque no este mas en tu vida...
... No podras arrancarme de tu alma.

Monina Manzano

Orizaba, 2012

  • David Botía Lo prometido es deuda:

    A veces es la lápida final
    la que recuerda lo que se amó
    a quien, o aquello, ya inerte
    cuyo único destino es el cielo
    y por eso homenajeamos al recuerdo
    y dirigimos la mirada a las alturas
    o bajamos la vista hasta nuestros pies
    cuando en presencia de ese mármol
    adquiere protagonismo lo vivido
    trayendo al presente tantos sentimientos
    que ya sólo ese hueco
    es el espacio físico vital que queda
    porque necesitamos ubicar
    lo que uno tanto amó
    y hasta de eso...
    eso lo quisiera compartir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario